Dios nos favorece con seres de luz y amor constantes, sinceros, reales, leales y comprometidos, está es la naturaleza divina de los amigos... Hay personas recordadas y queridas, hay otras admiradas; pero hay algunas que nacen con el increíble don de marcar vidas...
Caminan, van por ahí plantando árboles que con su sombra resguarden al viajero... todos en nuestros andares somos viajeros, procurando arroyos para los sedientos, dejando marcas para los extraviados e iluminando el mundo con amor, alegría, esperanza, fe y conocimiento; esas personas son irreemplazables, únicas en su naturaleza por sus dones, nacidos con un propósito ayudar, servir, sembrar, apoyar, amar su vida es un derroche de luz, alegría y un canto constante de esperanza...
No cometas fugases, siempre estrellas eternas, constantes emanadoras de luz; están ahí para secar tus lágrimas, para escuchar quebrantos, para dar la palabra de aliento en el momento justo, para sostenerte cuando la carga sea mucha, para abrazarte cuando a tu alrededor ya no quede nadie; ellos, la mano que se extiende siempre anhelando alcanzarte, el que remonta a leer, si no sabe que contestarte cuando preguntas...
Esos seres marcan la diferencia, son tesoro invaluable... Dios nos favorece con amigos estrellas que permanecen y su luz no se extingue jamás.
Siempre ahí.
Siempre amigos.
DIANA PORTILLO
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