Necesitas volver a sonreír sin motivos,
dormir y despertar sintiéndote querido.
Con los pies en la tierra dejen volar tu imaginación,
compartir cada segundo lleno de felicidad sin sentirte extraño.
Extraño por tu forma de entrega,
sin reprimir tu sensibilidad.
Todo lo que tocas lo conviertes en obra maestra,
la belleza apasionada de tu mente, tus manos expresan.
Eres un mago de las letras sin saberlo,
haces magia con tus manos moldeando.
Todo fluye cuando te hacen sentir seguro,
sintiendo vacío interior cuando recortan tus alas.
Tu belleza no está en el envoltorio,
ni en tu tono de voz amable, sereno.
Ni en esa paz que transmiten tus sabias y atentas palabras,
si no en el arte que desprendes a través de tu mirada.
Elisa Toledo
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