En ambiente navideño
de alegre celebración,
aprovecho la ocasión
pues de dignidad soy dueño,
donde voluntad y empeño
con mi vivir van a cuesta,
más la realidad me asesta
su receta de cinismo,
pues falsedad y egoísmo
con crueldad se manifiesta.
Al norte de la frontera
todo parece divino,
aunque se ignore al vecino
que vive en la otra acera.
De manera verdadera
del recuerdo es esclavo,
guardando cada centavo
por si a su país regresa,
donde impera la pobreza
al cruce del Río Bravo.
Al sonar de las campanas
que anuncian el nacimiento,
del niño que en su momento
iluminó las mañanas,
sus ideas que son cananas
de amor e igualdad ansiada,
se hace mucho más preciada
que se abra la humanidad,
para una feliz navidad
a los que no tienen nada.
Roberto Batista Pargas -CUBA-
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