La eterna musa dorada,
inspiradora de amores,
de locura y desamores,
de insomnio en la alborada.
Cuántas páginas en blanco,
has llenado con tu rima,
cuántas vidas vas amando,
y cuántas más, vas llorando.
Cuánto frío y desafío,
me inspiras musa dorada,
cuántas flores en el río,
cuánta voz enamorada.
La poesía es un lamento,
lo mismo que una mirada,
del azul, un complemento,
de una brújula dorada.
Musa de eterno amorío,
de insomnios y de hastío, musa de besos, de albricias,
musa, de eternas caricias.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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