Un día, -llegará, en que me recueste sobre la arena,
los años pasan, imparables, como un perro que muerde,
y no te suelta jamás, me recostaré, cerrando los ojos,
como quien, va al bosque más profundo, en el ocaso de la vida,
y deja arreglada la casa, las últimas palabras, pronunciadas
día, a día, con los tuyos, y esperas, en medio de una piedras,
con la ropa puesta, esperando el descanso del día,
cuando se oculten sus rayos de luz, en los huecos de los árboles,
no buscaré historias, ni a persona alguna, solo al silencio,
las historias se recrearán por sí mismas, dentro de mí,
un día, me iré de casa, a la playa, de mis sueños,
a los sueños de la agonía, más sublime, más etérea,
en la playa, estarán todas las playas del mundo,
observando, mi conversión, a un grano de arena del mar...
Tengo listo mi equipaje, las horas corren, los años se van,
he visto las fotos, en la pared, cada recuerdo,
sintiendo las suaves telas de la cama, he dormido,
varios años, de inusitado placer, a ultimas fechas solo,
la vida tiene exigencias, todos han salido a trabajar;
no es una presunción, planear mi partida, mi muerte,
hay un momento, en que todo, se vuelve una exigencia,
mi piel, pegada a los huesos, querrá, rejuvenecer,
mis ojos, volver a ver, mis ansias, viajar, mi ser vivir,
por eso estoy planeando, mi partida, este día, puede ser...
Gerar Diaz
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