(Para Nora y Úrsula en Woodside)
El poema es un recurso de la piel
abrigo de huesos y el corazón que late
nací para llorar a cántaros y sentarme en los parques
la lectura en voz alta es hija del poema que se prolonga en el aire
Nueva York juega a ocultarse bajo el sol de la tarde
Soy un bulto sobre el césped que mira las palomas volar en círculos
El tren elevado marca el paso de los minutos en intervalos de a siete
Vengo hasta aquí para sentarme en silencio
Si fuera un árbol mis ramas harían una pirueta en busca luz entre los edificios
Si fuera un árbol mis raíces serían el remedo de esa pirueta
Me quedo inmóvil hasta que una paloma me caga la cara
Y me río
porque también me sé reír a cántaros
La piel escucha el poema y se eriza con sus acordes
La lectura en voz alta le rasca la espalda al viento
Y el tren, que allá viene, hace inaudible la siguiente línea.
Carlos Aguasaco -Estados Unidos-
Compartido por Xánath Caraza
Publicado en Periódico de poesía 94
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