TU PARTIDA

Entre las líneas negras de mi carta desemboca
la palabra "ausencia", la luz de tu rostro se apagó,
mencionando mi nombre, estremeciendo tu ser,
desafiando la muerte que se adivinaba inminente,
y las lágrimas no se hicieron esperar,
como heraldos de cristal de una cruel agonía.

Noche de tinieblas has pintado con tu fría lápida
y tu escalofriante partida me dejó sumida
en la agobiante soledad de los días venideros,
tu dulce brisa ha llegado a mi puerta
como mensajera de la despedida, soplando
la vela que encendida permanecía
como muestra de nuestro amor imperecedero.

¿Dónde estás?, me pregunto ahora,
y sólo los lamentos y los quejidos se asoman,
con un lacerante dolor que atraviesa mi alma,
al tiempo que un triste pensamiento cruza
mi mente atormentada de recuerdos,
con ondas melodiosas de tu voz
que arrullan las vivencias pasadas,
removiendo los resquicios de un beso,
como premonición del inmenso duelo
que cruzará en adelante mi vida y mi fortaleza.

¿Dónde estás? ¿Quién me dirá ahora
la palabra de aliento que me levante?
¿Cómo reconfortaré mi alma?
Cerraré mis ojos buscándote entre sueños
y tú guiarás mis pasos en el paisaje
de ensueño armonioso que me dejaste.

La más infame desolación deja el ángel
de la muerte, y yo quedo con el corazón
mutilado y el asfixiante nudo en la garganta
de no poderte haber dicho adiós

EN MEMORIA DE IVONNE TAZZO (1924-2016)
Descanse en paz
Paola Acosta