"He de decirte que
cuando te marchaste
quedé en profunda
obscuridad,
tal vez la luz que en
mis ojos se reflejaba,
la lluvia y la neblina
de repente empapaban.
Te fuiste y todo cambió,
la sonrisa de mis labios
tristemente se borró,
El dolor habitó en algún
espacio de mi corazón,
la amargura por mi
alma cruelmente atravesó.
Se apagó para mi la luz,
las ilusiones se marcharon,
mis sueños se acabaron,
las fantasías me abandonaron.
Cuando te fuiste,
fue como si mi alma
entre suspiros me dejaba,
y el silencio de las noches,
fuera mi única compañía,
esa que en mis insomnios
siempre me seguía.
Todo me pareció distinto,
a nada le encontraba
el más mínimo sentido,
las lágrimas rodaban
por mis mejillas
al traer tu imagen a mi
mente como cruel pesadilla.
¡Sí!, apagaste la luz de mi vida,
en mi camino ya no veía salida.
¡Sí!, sin ti nada tenía sentido,
mi corazón ya no tenía latidos.
Apagaste la luz
que mantenía encendida
la alegría de mis días.
Apagaste la luz,
y la obscuridad reinó mis días.
No me daba cuenta,
que cualquier luz
puede apagarse,
pero las estrellas,
resplandecientes
y encendidas siempre estarán,
que si alguien quiere apagarlas,
con más brillo regresarán".
Estrellita de la Torre Lomelí -México-
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