Desperdiga el alba
su telaraña sobre mi cuerpo.
Sólo una minúscula sombra
en el apagado temblor
de sombras y de ausencias.
Busco entre ellas,
un resquicio de esperanzas.
Nada. Sólo preguntas
entre el frío celaje
de la piel entretejida.
Las paredes oscuras
se llenan de luz,
el alba desperdiga sus transparencias
como enredadera tenaz entre los musgos.
Nada. Vacío. Migajas.
Todo inútil.
Retrocede
en silencio el alba.
Aquí. En mi corazón,
cae todo el dolor
de la penumbra.
Nelda E. Galli -Argentina-
Publicado en Estrellas poéticas 57
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