Siluetas de un sueño se miran al horizonte,
vestidos de la tierra con cuerpos de ladera,
abismos temblorosos que están mirando a los montes,
casitas de paja y lodo hipan la vida entera.
Santiago Balmusea, silente en sí mismo entierra,
los deseos y anhelos de ya volver a su tierra,
rentada su joya mira al lado de su perra,
su ejido molido, su vida de hijos sin era.
Espera y espera este Santiago Balmusea,
en su féretro triste que lo trague la tierra,
para su sepelio viuda remata parcela,
al mismo que de tristeza matara a Balmusea.
Jesús Guadalupe Morales -México-
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