(A Vicente Aleixandre por su poema “Se querían”.)
Debajo de los pinos -guardianes silenciosos
del poniente en ruinas- paseando, enlazando
palabras como témpanos (conversaban muy serios
de temas filosóficos en víspera inminente
de las oposiciones), gestos convencionales
de estudiante inseguro, como de primerizos
en tan nerviosas lides (ya el instituto a solas,
bajadas las persianas y encendidas las luces
del neón colectivo, con aislados trasteos
de activas limpiadoras y de probos bedeles),
con caras de interinos todavía cruzaban
el alquitrán subido del recreo, y apenas
se miraban los ojos, lejanos, como en busca
del día señalado para los tribunales,
hablaban sobre trámites de los certificados
desviando sagaces disimulos efímeros.
Se miraban, a veces, de reojo, lo mismo
que dos adolescentes, callándose el galope
del corazón, oculto entre frases manidas
y necesariamente absurdas y oficiales,
emoción en la puerta de salida a la calle:
un adiós encubriendo un torpe “Hasta mañana”.
Detrás de las miradas y de los ademanes,
tan repetidos ya, se querían. Sabedlo.
Del libro Los espejos preferidos de Juan Mena -San Fernando (Cádiz)-
Publicado en la revista Arena y cal 218
No hay comentarios:
Publicar un comentario