LIMURGA ZASCANDILES, PRIMA DE OLEGARIO.

Limurga Zascandiles, prima de Olegario Zascandiles Galindo, llegó a vivir noventa y seis años sin que la razón y las buenas maneras la abandonaran nunca. Sobrellevó, como pudo, el insólito hábito de su primo de andar en cueros por todas partes y soportó, con la resignación de los años, cuantos comentarios y chismes se traían por el pueblo a costa de esa extraña costumbre de Olegario. Ella, para excusarle, difundió la falsa noticia de que cualquier tejido, por delicado que fuese, le producía en la piel sangrantes desgarros. Cuando atendió a los requerimientos del padre párroco de Aldeanueva para preguntarle por la obsesión crónica de su primo, ésta no tardó en contestar:
- Pobrecillo, siempre lleva el carajo arrugadito y chiquitito por el frío.
El médico, para poder justificarla y calmar el enojo del cura, no dudó en diagnosticarle un trastorno disfórico de final de etapa luteínica. Vivía ya, Limurga, por entonces, en los ochenta y cinco años de edad.

ISIDORO IRROCA