Sube
los escalones de mármol
que la lluvia ha mojado
hasta el pedestal de la estatua
de un héroe nacional.
Sube
la empinada cuesta
que lleva a la cruz del cerro
desde donde se domina el pueblo.
Sube
al campanario de la ermita
y toca la campana
para llamar a los vecinos.
Sube
al puente del barco
y ordena al timonel
poner rumbo a la isla mágica.
Sube
descalzo al monte
donde te espera
un cofre lleno de sonrisas.
Sube
al nogal cargado de nueces
donde un jilguerillo
ha anidado esta mañana
Sube
al columpio y vuela
alto, muy alto,
jugando con el viento.
JOSÉ LUIS RUBIO
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