lunes, 30 de marzo de 2015

NO PUEDO COMPRAR EL AIRE


No puedo comprar el aire, tan puro y natural como Dios nos lo obsequió
pero puedo plantar un árbol para purificar el ambiente,
no puedo producir agua de la nada y verterla al campo
para cosechar la vida,
pero puedo sembrar un árbol, para que sus raíces purifiquen
el agua que brota del cielo y reciclar al natural las dádivas de Dios.
Podemos destruir poco a poco nuestra naturaleza y fácil nos es,
pero qué difícil es proteger un tesoro natural que no nos pertenece,
tan solo son bienes que debemos compartir y cuidar,
los espacios no son ocupados por la naturaleza,
pero la naturaleza si es arrebatada por los espacios que necesitamos.
Hay una frontera que hemos traspasado y violado
tan solo por que esta no tiene voz para protestar,
pero al tiempo revierte con furia el daño que causamos,
hay una frontera de la que hemos cruzado sin visa y pasaporte,
hay una frontera que no nos pertenece,
una frontera que no delimita un país,
sino un estado, el estado de la naturaleza que vamos destruyendo,
la casa en la que habitamos y poco a poco vamos perdiendo.

Ramiro Peñalba Pinell -Nicaragua-

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