Se despertó el cerdamen cierto día,
después de con la foto haber soñado;
y al lienzo se acercó tan inspirado
que comenzó a plasmar lo que veía.
Tan fuerte era el latir que en sí sentía
dado que a esa persona hubo gestado,
todo el proceso en sí le fue rodado
puesto que a fondo el cuerpo conocía.
Transformó en catarata su cabello
y lo hizo resbalar hasta su cuello
y hacia su seno izquierdo, muy insinuante.
La cadera derecha coquetea,
se escapa del echarpe que blanquea
haciendo resaltar el vivo instante.
¡LAS DOS MANOS PRESERVAN SU INOCENCIA,
EL CERDAMEN CONOCE LA DECENCIA…!
Manuel Mejía Sánchez-Cambronero -Ciudad Real-
A LA AUTORA DEL PRESENTE LIENZO Y A SU TIENTO Y TEMPLANZA JUNTOS CON EL TOQUE FEBRIL DE SU CERDAMEN…
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