...mi infancia fue una maravillosa nave espacial que me trajo del infinito a la realidad tangible.
Me aferro a la tristeza, cobarde cosmonauta,
en esta nave extraña que va cruzando el tiempo,
mi vida queda atrás como un planeta ajeno.
La soledad me abraza en esta noche eterna.
Sin rumbo, esta misión, tiene un destino: "Muerte",
y sueño con la vida y miro las estrellas.
y pienso en los millones de besos y sonrisas,
que ya no están allí, como mis anhelos,
que hibernan sin futuro, inertes como dios
temblando como un niño inmerso en una guerra
donde perdió los sueños.
PACO JOSÉ GONZÁLEZ DÍAZ
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