Un amigo me dice que es ciego
porque trabaja en la ONCE.
Trabaja en la ONCE
y no ve casi nada. Casi.
Dice que es ciego
más no lo cree ni él.
Cuando pasa a su lado
una bella dama,
suelta algún piropo
gracioso, rijoso y ríspido.
Le pregunto por qué,
por qué sabe que es mujer,
la mujer bella que pasa
cerca de sus ojos.
Me dice que no es ciego
por su olfato,
que el perfume de mujer
y los movimientos de mujer
son los que le hacen
no ser ciego del todo.
Será la compensación
de la naturaleza
de la mujer naturaleza
su inteligente naturaleza
la que hace que sus risas
y su humor sean todo
y aunque le paga la ONCE
no sé, no sabemos,
si pertenece o no a la organización
de ciegos españoles
o al género masculino
amante de la mujer
y aunque no ve sus miradas
él vive por ver.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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