Cuerpo celestial, Diosa primorosa,
tu carne dejó en mí ser, aroma,
perfume de mujer, que enamora,
hecho todo de piel, pasión, y rosas.
Tus sensuales deseos, me alborotan,
tu desnudez, inspira amor, versos,
que llenan sensuales mi universo,
de planetas, y de lunas que rotan.
Vaginales pasiones, envilece,
esos sensuales deseos que padece,
tu cuerpo de mujer, divina diosa.
Después de tener tu cuerpo y sexo,
a mis ojos y mi mente, anexos,
me rendí a tu piel, pasión y rosas.
José Prado -Estados Unidos-
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