Si la mente está quieta
y el pensamiento se detiene,
es porque tus manos
dan su calor a mi alma...
Y la rosa de tu boca
ha contaminado del
perfume de tu aliento
las fronteras de mis labios...
Es porque mi piel ha bebido
de tu cuerpo la simiente,
y he bebido leche y miel
del engendro de tu vientre.
Llena de nuevo el vacío,
es primavera, y deja la semilla
que comulgue con la lluvia,
y la zafra del otoño nos regale su primicia...
RICARDO FLORES JOYA -El Salvador-
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