miércoles, 2 de julio de 2014

PÁJAROS CAÍDOS


Y yo le dije a aquel mendigo de sueños,
en la oscuridad de una ciudad dormida,
que éramos como pájaros caídos de alas rotas
condenados al dolor del gris cemento,
añorando por siempre
la belleza de una naturaleza
que nuestra propia debilidad nos robó.
No viviríamos mucho, ni él ni yo
y aunque éramos jóvenes aún
teníamos el sello de la muerte
estampado en las sombras.
Ambos habíamos perdido el destino
en el juego de azar de las estrellas
Y sólo nos quedaba
apostarnos los pasos
la calderilla de nuestros
ojos paupérrimos
y un pedazo del cosmos
por si recuperábamos,
el porvenir
Pero nunca,
lo recuperamos
Por el callejón de los despedazados
caminamos aquella noche entregados
en nuestra grata compañía,
símiles piezas perdidas
con el fuego hirviendo en los ojos,
arrullando a la luna bajo la sombra patética del miedo,
él siempre con la tentación de despedazarme,
y yo con la triste tentación
de ser despedazada.

Rosemarie Navarro -Perú-
Publicado en la revista Delirium Tremens 9

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