domingo, 27 de julio de 2014

MUJER


Detenido ya el tiempo
no quiero otro dolor que tu mano
en mi hombro. Sentir
que el calor de tu pecho
deshiela soledades
acunadas en gris.

Para amarte en silencio
no es urgente saber
que viajas al confín de las lágrimas
por estepas de azul.
Necesito solamente
saberte en el balcón,
recordar tu pañuelo.

Antonio Monterroso
Publicado en 2 poemas y un café

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