Encuéntrame las horas perdidas.
No sé dónde están pero búscalas.
No estarán muy lejos. Registra todos los rincones.
Si recuperas alguna de esas horas perdidas
te recompensaré holgadamente.
No pongas excusas y busca
hasta debajo de las piedras
pero recupera mis horas.
Sin ellas soy menos que nada.
Espero que comprendas lo importante
que es para mí tenerlas de nuevo
para volverlas a vivir intensamente.
Retrasa todos tus relojes.
Vuelve a colocar las hojas del calendario.
Seguro que ahí habrá algo de lo que buscas.
Cuando lo hayas localizado, avísame.
Pero apresúrate porque cualquier retraso
supone la pérdida definitiva.
Nunca recuperé las horas perdidas.
Nunca se logran recuperar las horas perdidas.
JOSÉ LUIS RUBIO
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