domingo, 27 de julio de 2014

HE CLAMADO


Grité al cielo
desesperada
para  extraviar tu rostro
entre mis poemas
Pero es domingo,
y sin tu voz,
es  un lamento que arde en la garganta,
mueren las palabras  sin llegar a decir ,
aquello que el alma grita
Mis labios sellados,
Aprietan un salmo en tu nombre.
Amado.

He de regalar un sol,
que vista tu tristeza,
de  resplandores y sonrisas.

Así no recordarás
Un  amor que nunca fue
o una pasión maligna,
que  apresó mi cuerpo al tuyo.
O el tuyo al mío.
Eso no  importa, ya no interesa.
Conozco tus intenciones.
Y te destierro al gobierno de la soledad,
a la orfandad que tú mismo ganaste.

Al frío de esta extraña primavera.
Una mujer huye del amor a la hora parda.
En su corazón, un grito
En  el puño, apretada el alma.

Una mujer huye del amor a la hora parda.
Zurce sus ojos, así no llora,
En el rostro,  manchado el luto.

Una mujer huye del amor a la hora parda.
Corre , fuga ágil ,  recorre incesante las calles.
Lo evita.  se  esconde ,no  debe encontrarlo.
Flaquearía el cuerpo, sucumbiría su alma.

No se debe  amar  quien no se debe.
Aún la condena al olvido es larga.
No  debo amar a quien no se debe.

Patricia Temple Arciniega -Perú-
Publicado en Suplemento de Archivos del Sur

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