Diáfano manantial, mi tacto implora
reclamos de tu sed adormecida.
Despiértala, que vuelva estremecida
a saciarse de mi agua, sin demora.
Quiero llegar a ti con mi sonora,
clara corriente, apenas contenida
bajo mi piel de sol, de acción, de vida,
e inundarte de luz, como la aurora.
Me beberás, con la ansiedad del beso
que llega demorado, y el proceso
de inundarte de mí se iniciará.
En mi descenso, lento, por llanuras,
o acariciando lomas y angosturas,
se calmará tu sed. Y aumentará.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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