3101
Cuando ya me haya ido, si algo queda
de todo cuanto he escrito, sólo quiero,
no lisonjas, que son falsa moneda,
ni tampoco la auténtica, el dinero,
que en tales fechas no me serviría.
Quiero que alguien, tal vez, me rememore
por la invisible, afable compañía
que halló en mis versos, y que no deplore
la tristeza, el dolor o la amargura
que su alma revivió con la lectura.
3102
No hay más autentica, gentil belleza
que la oculta en los pliegues entrañables
del idilio perdido y su tristeza.
3103
Voy a la puerta. Espero la llegada
de la felicidad, mas no aparece.
Sólo pasan extraños caminantes.
O tal vez lo ha intentado por la entrada
trasera de la casa, que no ofrece
decorado ni acceso extravagantes.
Hallándola cerrada, pasaría
sin ver con qué ansiedad la aceptaría.
3104
La vida no son años, ni son días,
aún no nacidos unos, otros muertos;
la vida es sólo el diminuto instante
que se nos va escapando entre alegrías,
tristezas, éxitos y desaciertos,
dando paso a otra vida por delante.
3105
Peregrino en la noche, si te sueño,
¿cómo decirle al tacto que no estás?
¿Cómo el amanecer será risueño,
si al despertarme quedas tan atrás?
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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