Me gritaron gorda a mis espaldas,
se reían de mí a carcajadas.
Unos se reían de mis nalgas,
otros de mi grasa acumulada.
Dilaté el tiempo en mis pesares
y llegué a una conclusión muy sabia;
no voy a renunciar a mis manjares
si con eso mi gordura a nadie agravia...
Que sea gorda chata o fea
a nadie le importa si nací con mil defectos,
el que quiere creerse que lo crea,
cada uno tiene sus conceptos.
Ya quisieran crear uno de aquellos
una estrofa que rime en sus finales,
escribir aquellos versos bellos,
tener la mente llena de caudales.
Si son guapos, altos, distinguidos,
ahogados en su propio narcisismo
que sigan así vanidosos y engreídos,
igual que yo salen corriendo con un sismo.
Raquel Alejo -Perú-
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