lunes, 9 de julio de 2018

SÍ, SEÑORA...


La loca vida nos apresuró en desafíos,
suspiramos extenuados en amores peregrinos,
lloramos risas mudas, silencios fúnebres,
languidecieron sueños de luna, asaltaron sombras.

Fuegos de cardena llevaron los vientos y ríos,
como piedras del camino ignoramos los rechazos,
sin querer morir… sentimos que moríamos,
corazonadas del destino, presagiaron imposibles.

Exhaustos de caminar en desiertos sin oasis,
afligidos de traiciones, sangramos de dolores,
palidecieron nuestras almas, soledades oscuras,
se esfumó el gozo, sin despedirse se marcharon.

Sí, señora, solo con verla mi corazón salta en adulterio.
Sí, señora, eres elegante, hermosa, tentación del pecado.
Sí, señora, ajena, prohibida, mil suspiros por besarla.
Sí, señora, su dignidad de fuego, solo puedo amarla en silencio.

En la madurez de los años vividos, entre miedo y risa.
Lo sé y tú también los sabes ¡ya somos uno!
Desafiaremos a todos, nos expondremos a todo.
Con susurros y besos, nos amaremos, si, si, señora…
¡todos... todos los días!

Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta)

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