Primero fue la piedra,
inanimada muestra de fuerza,
destrucción en potencia,
arista hiriente.
La pulida piedra en mi mesa,
sobre mis libros, aplastando
a la palabra,
o bajo mi pie, contención
y límite, neto.
Conocí la piedra castigo,
piedra altar
y corazón de piedra.
¿Cuándo, al tomarla en mis manos,
me arrojará al fin,
para enseñarme a volar?
Del libro Los indicios de
HAIDÉ DAIBAN -Argentina-
Publicado en Ágora 18
No hay comentarios:
Publicar un comentario