Bestia divina. Mi perfil herido
que a zarpazo en tu orilla se desata,
con su lengua salobre te rescata
de cadenas de espuma y de bramido.
Suelto mis barcos de papel y mido
tus exactos dominios de pirata,
a ver si el corazón se me dilata
o en tu testa lo dejas embestido.
Ah, dame tu demencia de lirismo,
oculta con tu voz en el abismo
rosado y musical de un caracol.
Y en tus horas de lánguidos cristales,
apágame en tu lecho de corales
y enciéndeme en la puesta de tu Sol.
Del libro Árbol con Alas de
Gonzalo Espinel Cedeño -Ecuador-
Publicado en Carta Lírica
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