Obedezco a ti... soy fiel, aún sabiendo que me eres infiel... Lo confieso; desde el primer beso... que con ansiedad me diste... te llevo en piel...Y toda la semana no te veo, me dicen que con otros amores en lugares clandestinos tienes encierros... y a creerles me niego, mi cordura se enemiga de toda clase de razón y mi cómplice es... la ceguera... aunque en mi interior de celos muera... Cuando tristemente te pregunto... que ¿por qué me engañas...?... dócilmente y cabizbaja... a mi piel te arrojas y vuelvo a caer en el embrujo de tus suaves sábanas... al encanto de tu cama... y bebo de tu piel la miel, lo sé. ... que son solamente SOBRAS... y cayendo en el fango total de la desvergüenza... porque te amo, me parecen sobras... Por demás... ¡exquisitamente sabrosas!... Y todos critican mi proceder... ¡NO ME IMPORTA NADA!... Si mi cama sonríe... y me da las gracias... si después de una larga espera... abrazados, nuevamente... dormimos en ella...
Agustin H. Castañeda -México-
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