Esencia pura encarnada,
procedente del espacio.
Antes, fui plomo o topacio;
ahora, alma encadenada
No me odies, hermana,
perdona, dame tu mano.
Todos a veces herramos,
dame del Amor la llama
Contigo yo bien podré
escaparme de las sombras
Ayudándome, tú te honras,
dame tu mano, ven.
Ilumíname con tu luz
yo quiero reflejar tu alma,
y vivir la paz en calma
igual que la vives tú
Y detenidos en lo alto
de la rueda de la vida
con la lección aprendida
subiremos hacia el Sol
JUAN PAN GARCÍA -Puerto de Santa María-
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