Sin el amor que supo guiar mis pasos
ahora estoy sentado solo y abandonado
con tristeza que dibuja el vacío inmenso
alrededor del viejo muelle de tablas rotas.
Desde lo alto parece que quiere hacerme
compañía, un pájaro con su vuelo audaz,
mientras la brisa sopla ausencia de los
besos como aire muy frío hasta el alma.
En el silencio la mirada hacia el horizonte
busca las respuestas y quizás más fuerzas,
para torcer el rumbo que señala el destino
y encontrarte en sueños después del mar.
Miguel Gómez Da Luz -Argentina-
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