1.
El pelirrojo erudito
y el rubio implacable juez,
mis amigos una vez,
me trataban como un mito
de lo idiota y lo maldito,
de suficiencia colmados,
en sus criterios confiados
pues los necios pueblerinos,
aun si son simples gorrinos,
hacen pose de ilustrados.
2.
Un desprecio sin mesura
merecí de dos paletos
que se creían discretos,
su humillación fue muy dura
provocándome amargura
pero ahora sé que son
palurdos sin solución
con ninguna sutileza
en su vacía cabeza
pero mucha presunción.
3.
Gaspar, Melchor, Baltasar,
os entrego dos villanos
en vuestras severas manos
porque tienen que pagar
su afición por humillar,
que su gran afán de honor
consiga vuestro favor
y exhibiendo en los estrados
su estulticia, en todos lados,
provoquen cáustico humor.
Luis Rafael García Lorente
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