Rescatar los cuerpos de los marineros ahogados y amontonarlos en la bodega
donde las ratas chillan
y el olor a pescado y la bruma que empapa
el capitán prepara un tuco
hoy va a cenar solo en la cabina y dará voz de mando
a su sed de vino agrio
pero después vendrán los puertos y tabernas
y las putas que ríen por monedas de cobre
el mejor ron de Cuba para ahogar las historias
y las familias de los muertos “lo siento mucho, señora,
su marido fue un héroe”
y quién carajo dijo que navegar es lindo
tabacos de mala calidad
los tatuajes no abrigan el dolor
nadie se tapa los oídos ni se amarra a los mástiles
y la bodega llena y con olor a pescado
y se ha roto la bolsa que guardaba la harina
y son pasos fantasmas
y el vino está más agrio
ola
tras ola
muerte
tras muerte.
JULIO ARANDA -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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