martes, 29 de noviembre de 2016

VII


No me acostumbro.
Tienes que dolerme tanto para estar.
Tienes que destruirme para sentirte.

No me acostumbro.
No quiero sufrir por ti.
No quiero si quiera odiarte.

No me acostumbro a esto.
Te vas.
Regresas.
Pero nunca te quedas.

Y no me acostumbro.
Pues, no amarte es extraño.
Pues, no extrañarte es liberador.

Pero no me acostumbro a verte así.
Triste.
Solo.
Sin mi amor.

Pero me acostumbré ya a no llorarte.
Y es gratificante para mí.
No ser la misma de antes.
En cambio, ser más fuerte cada hora.

Del libro Más que el temblor de Emy Torrealba -Venezuela-



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