Bordeaba el margen lluvioso
un charco de enero.
Era chica
supe que ese instante
se condenaba al vacío
si no lo aferraba.
Lo guardé... para alguna vez.
Poesía, memoria de charcos.
Del libro “La voz que nunca alcanzo” de
Antonia B. Taleti -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
No hay comentarios:
Publicar un comentario