domingo, 27 de noviembre de 2016

VIERNES


Al calor de los viernes,
mi casa se convierte
en un racimo de calor.

Sin esfuerzo,
el día se pliega
y no hay ningún lado dónde quiero estar.

Solo el hueco
como de una mano,
que es, un viernes en casa.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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