martes, 29 de noviembre de 2016

CATARSIS II


Me duele esta locura que me arrastra al olvido que se llevará el viento
olvido que me hiere en el pecho, ahí, donde dicen que habita el alma,
cuando miro por doquier solo alcanzo a ver tristeza, miseria,
y una rabia encallada que espero que un día cercano explote
arrastrando a los culpables por los sumideros con la mugre acumulada.
En este tiempo de silencio, largo silencio, pergeñado contra un pueblo
de héroes, asaz desconocido, que se dejó adormecer por cantos de sirena,
una sirena que propalaba la falsedad de una abundancia rancia,
consumista, una burbuja que estalló en la cara de innumerables inocentes
de incautos trabajadores que creyeron el cuento que querían creer,
gastando más allá de lo que poseían, como si todo aquí fuese gratis total.
Solo la cohorte aferrada al poder y sus felatores esquivaron los daños,
a los de abajo les reventaron sin preaviso el presente y el futuro
con despidos, embargos y desahucios, lanzándolos a los pies de los caballos
de banqueros piratas que cual ave de rapiña se aprestaron a comerse los restos
de un festín al que se invitaron solos y del cual despojaron a sus dueños.
Jueces y tribunales que fallaron a favor del más fuerte y de un gobierno
que legisló para aquellos que le habían puesto en la poltrona.
Políticos muñidores, corruptos pero aferrados al poder como ladillas
y extrañamente, un votante que regalaba el voto a vendedores de humo,
a los que vendían la panacea ya increíble de reinventarse nuevamente
a si mismos evadiéndose de la ciénaga donde se hallaban inmersos,
a punto ya de ahogarse en el pantano de corrupción en que se revolcaban,
un goteo interminable de visitas a los juzgados antes de que les caiga
la condena más leve, ya se encargaron ellos de situar a sus amigos
y simpatizantes, en esas esferas donde ellos de manera silenciosa colocaron
sus piezas de ajedrez por si llegaba el jaque mate, por si venían mal dadas.
Empezó el tiempo, en que la justicia llama a consejo a los caídos en las redes
gente que se creyó impune, ahora son expulsados como apestados, para seguir, para hacernos creer que actúan con las manos limpias, mas todos, todos,
todos son culpables por acción u omisión, aquí no hay inocentes.
El gallego impasible, sigue, doliéndose calladamente por los que abandonó
cobardemente en el camino, pero rehace su nueva singladura con gente amiga, gestores de empresas acusados de contaminación, elegidos para dirigir el medio ambiente, encausados, familiares de evasores donde todos cotizamos.
Otros, cambiando el “no es no “, pero te dejo pero y ya veremos, asesinaron a traición al que se atrevió a defender éticamente lo que les llevó hasta allí.
Una catarsis es lo que esta gente necesita, nosotros no, nosotros necesitamos
un pueblo que despierte del sopor al que fue sometido y aún no despertó,
convenciéndoles para cambiar este sucio presente, por un límpido mañana,
nosotros necesitamos un cóctel más explosivo, necesitamos ya, una revolución.

PACO LAINEZ -Ponferrada-

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