(de... Políticamente incorrecto)
Del rey abajo ninguno
debería ser más que nadie
pues no hay quien sea más puro
por dinero ni por sangre;
mas tampoco la política
da más mérito o más clase.
A ver si se enteran ya
los políticos tunantes
que, sin tener nada antes,
hoy viven como rajás
mientras hacen que el currante
vuelva a convertirse en paria:
esos padres de la patria
que ya son más bien abuelos,
pues llevan cuarenta años
sin abandonar su sueldo,
la poltrona o el escaño,
y dejaron a sus nietos
e hijos bien colocados,
para que sigan trincando,
en lugares muy concretos.
Trincar no es solo robar
ni robar solo llevarse
por fuerza y sin inmutarse
los bienes de los demás:
por más que alguno se asombre,
también tiene el mismo nombre
percibir lo que no es justo
gracias a normas y usos
que lo vistan de legal
y el concederse prebendas,
como hacen estos prendas,
porque puedan legislar.
Aquí nos toman por bobos
porque trincan casi todos
y cada día son más
y mucho más descarados
en la casta que han creado,
interviniendo las leyes,
para vivir como reyes
sin serlo y sin trabajar,
mientras el pueblo que paga
no tiene ni para pan.
Esto no es la democracia:
es cueva de Alí Babá.
Agustín Pérez González (Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 25
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