Tu boca
es una húmeda y carnosa
muerte carmesí.
Tu cuerpo
es una tentadora y bien formada
muerte de color de cobre dorado.
Tus pechos
son una enhiesta y muy firme
muerte de rosadas areolas.
Tus ojos
son una profunda y enigmática
muerte de un brillante color azabache.
Tu pelo
es una ondulada y sedosa
muerte a blanco y negro.
Y yo
soy apenas un trozo
de muerte calva y canosa
que se muere
por morirse por ti.
VÍCTOR DÍAZ GORIS -República Dominicana-
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