Hoy se fueron las golondrinas
y quedó un vacío de alas en el cielo de mi ciudad.
Sus negras siluetas dibujan ausencias
cuando se alejan en busca de la primavera
que ya pinta alegrías en el hemisferio boreal.
¿ Quién da la orden de partida ¿
¿ Cómo se orientan en ese viaje ancestral?
Maravilla de la naturaleza, la golondrina
guarda en su pecho un secreto
que la lleva de vuelta al hogar.
Cuánto daría yo por saber
cuál será el rumbo que fatigue mi empeño.
Mas, al poner mis pasos en el futuro incierto,
Dios, no me dio las alas, pero me dejó los sueños
para poder regresar.
Carlos Figueroa del libro Los rostros del tiempo
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