a la hora en que los vigilantes se asustan del hombre de
la bolsa
y el profesor universitario se prueba el corpiño de su
abuela
a la hora en que las putas mezclan a hölderin con
vacarezza
y un teddy boy puede jugar al golf con un paraguas
a la hora en que el hijo del señor cura se enamora de la
blenorragia
y en una reunión de afeminados se escucha el ocaso de
los dioses
a ciertas y determinadas horas
hay alguien que aún cree que jesucristo levantaba pesas
Del libro Uno más uno, humanidad de
ROBERTO SANTORO -Argentina-
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