martes, 7 de agosto de 2012

LO MEJOR QUE UNO PUEDE DAR


Ante lo que uno es, un espíritu andante y poco
más,
lo mejor que uno puede dar de sí mismo es una
vida.
Que una vida no es sólo exis􀆟r, es también
compar􀆟r.
Después de la propia vida donada y vivida,
lo mejor que uno puede dar de sí mismo es una
lágrima.
Lágrimas que son suspiros, suspiros del alma que
habla.
Sabed que el mundo precisa donantes de servicio,
a todas horas y a deshora, aquí y allá y en todo
lugar,
que sepan servir sonriendo a los que nadie quiere
servir.
También se necesitan donantes de amor en este
planeta,
gente desprendida capaz de glosar un te quiero
a los que nadie quiere amar, con los que nadie
quiere estar.
No estamos aquí para servirnos de nadie,
tampoco para valernos del amor que alguien nos
da.
Estamos para ser la flor que el mundo quiere y
nos requiere.
Un buen propósito es dar hasta no tener nada que
dar,
y cuando nada tengamos que dar, demos lo
recibido
por haber dado el corazón a los que ya no tenían
pulso.
A un solidario corazón, ninguna ingra􀆟tud lo para,
no hay desgana que lo desgaste, ni pereza que lo
moleste.
Al fin, un corazón entregado es un corazón
radiante.
Vivirse y desvivirse, más que por respirar por dar
aire.
Que no está la felicidad en los años que uno vive,
sino en cómo se han vivido y en cómo se han
convivido.
Lo mejor de sí, pues, eres tú, con tu mirada
acariciadora,
es él, con sus besos en verso, con sus labios que
socorren,
somos todos, con los abrazos de la naturaleza.
¡Recordad!

Víctor Córcoba Herrero
Publicado en la revista Letras TRL 46

No hay comentarios:

Publicar un comentario