— ¿Por qué no puede ser África, Terry? —El general de cinco estrellas se acodó en sus rodillas—. Tengo bazas allí, tengo profundidad. Conozco los nombres de los hijos de cada conserje en el Kampala Hilton. —Corrieron la modelación, Jack —el ejecutivo extendió los brazos sobre el respaldo del sofá—. Y la computadora dice, Sudeste Asiático, en tres meses, comienza con golpes aéreos. — ¿Por qué carajo? ¿Qué tiene de bueno la olla de arroz? —Es una combinación de factores. La modelación toma en cuenta expectativas del público, las estrellas y la utilería virtual y real que tenemos, el contexto político, y no olvidar, los guionistas, directores… no me pongas esa cara, que eso también pesa. El militar se golpeó los muslos. —Maldición. Para una guerra en el Sudeste Asiático, van a poner a Weston al mando. El tipo ha pisado ese fango. El hombre de negocios se rascó la nariz—. Si eso es un problema, puedo hacer unas llamadas. Tú puedes llevarla tan bien como este Weston, ¿no? —Quizás no tan bien, pero definitivamente puedo ganarla. —Oh, eso nunca fue problema, Jack —el ejecutivo sacudió el dedo ante el rostro del general—. El punto es
llevarla de manera tal que podamos hacer películas, kindlers, TV, blogs, un ciclo de noticias, un puñado de héroes… la completa exitosa. ¿Está claro? El militar mostró las palmas—. La haré una belleza, Terry.
Juan Pablo Noroña Lamas (Cuba)
Publicado en la revista digital Minatura 120
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