BOB DYLAN

Conversación escuchada y literalmente reproducida por mí
el señor don Guillermo Jiménez Fernández, en el inicio de la calle John Lennon, cuando iba yo, raudo y mohíno a mis aposentos en la oficina del Ayuntamiento de Mérida como siempre de lunes a viernes,
un viernes a las siete y media de la mañana,
un par de días antes de acogerme a mis necesarias, esperadas e ineludibles así como merecidas vacaciones de verano.

Protagonistas dos: una señora, animal o cosa que se expresa a voces y con aspavientos agresores y con las mismas trazas, poses, maneras y moño de pelo que una madama de esas de las películas del oeste, llamada la Zepelina. Y un anaranjado, amable y esbelto joven que lustraba con destreza y oficio las aceras de Mérida:
Zepelina: ¿Por qué tanto ruido y tanta gente anoche?
Barrendero: Es que hubo un concierto de Bob Dylan.
Zepelina: ¿Y pa eso sí hay dinero en el Ayuntamiento? otro Franco que viniera, me cago en la ostia puta ya.
Es por lo que afirmo que digo que escuché la otra noche y firmo la presente en Mérida un lunes día veintisiete de agosto de dos mil y pico.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-