sábado, 19 de junio de 2021

LA VIDA DEL ESCRITOR O El ARTE DEL HACEDOR DE LAS LETRAS

 

El niño escritor raya sus primeras 

letras en hojas blancas, 

el joven hacedor de letras

y el maduro hombre de letras.

En cada momento el escritor,

en cada etapa de su vida;

mostrando sus debilidades, sus falencias, se va perfeccionando y puliendo.

La formación de los hacedores de las letras,

para contar la historia familiar,

para contar la historia de la comunidad

y contar las grandes historias de la humanidad.

La historia impresa en las letras,

permite guardar la memoria

de la  humanidad en prosa,

en versos, en poesía, en fabulas,

en cuentos y en reflexiones filosóficas.  

La posibilidad de la escritura,

es la forma de tener la memoria

de los pueblos, de las naciones,

de los continentes y las historias universales.

La profesión del escritor,

es elaborar buenos escritos,

contar historias atractivas,

acogedoras, que permitan soñar,

volar la imaginación del lector 

y de los críticos de las letras.

El arte de las letras,

permite la memoria humana, 

la memoria de la familia

y la memoria del escritor y las letras.

Mirar un bello escrito es como

contemplar el cielo en su orden caótico.

Las estrellas brillan con luz estelar como

las buenas historias contadas por escritores inspirados.

Miramos el cielo oscuro,

con gran número de estrellas que nos hacen guiños,

desde sus ventanas, para enviarnos su resplandor,

organizado uno tras de otro sin descanso.

Luz que nos da la energía de incontables galaxias,

sin escatimar un solo rayo en su orden y azar.

Orden estelar digno de admirar y comparar,

con  las palabras de los versos de la poesía.

Cada escritor tiene su musa

inspiradora de su prosa,

de sus versos y de la arte de las letras.

¡La inspiración genera las mejores historias!

La musa inspira al hacedor de las letras,

le da la energía necesaria para crear

sus personajes y sus historias 

con la armonía del orden celestial.

Las historias de la vida,

los versos del poeta,

las narraciones en prosa,

los cuentos y las fábulas para la vida.

El tiempo para el hacedor de letras,

transcurre de forma lenta,

para crear los personajes y contar las historias con sudor, sangre, amor, realidad e imaginación extraordinaria.

Hace las letras para contar:

la historia de sus soles y lunas,

las historias de su comunidad,

la vida de su pueblo, de la condición humana 

y la explicación del universo la elabora para cantarla.

Fernando Enrique Zárate Ángel -Colombia-

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