viernes, 1 de julio de 2011

JUBILACIÓN (3)



Como decía María Jiménez en una de sus canciones… “SE ACABÓ”. Para ti, querido amigo, se acabó una gloriosa etapa. Se acabó una vida docente plena de éxitos como impartidor de conocimientos. Se acabó el levantarte temprano a diario. Se acabó cierto estrés debido a lo que finalmente llaman “COMPORTAMIENTO DISRUPTIVO” del alumnado. Se acabó una vida llena de cosas que no nos gustan y que nos las colocan en la nómina de las que, aunque tengamos que sobrellevarlas, no tenemos más remedio que aceptarlas porque van de la mano en nuestra amada profesión.
Ahora bien, lo que te viene de frente, tampoco es malo.
Te enfrentas a una vida de relajo. Una vida dedicada a tus aficiones: la poesía, la radio (que sabes que a este paso, le quitas el puesto a Luis del Olmo en Protsgonistas), paseos por la playita (gaditana o conileña), espero que algún viaje que otro…
En fin te enfrentas a una vida dedicada a lo que más te guste o la lo que te venga en gana.
Solo me queda una cosa: darte las gracias.
Quiero agradecerte el haberte conocido.
Quiero agradecerte los buenos momentos… todos. Por citar algunos:
- Guardias en los recreos.
- Reuniones dedicadas al Proyecto Curricular (prorrogado semana tras semana).
- Cualquier momento que me haya provocado una risa o carcajada (incluso risas artificiales por escuchar algún chiste malo).
- Cualquier momento que haya implicado algún consejo o comentario que me sirviera de aprendizaje.

Por último, y, honestamente, quiero agradecerte tu apoyo incondicional (con alguna reacción llena de indignación, por tu parte) hacia la causa que tengo entre manos. Por supuesto, serás informado oportunamente cuando termine el proceso.
Para finalizar mi discurso y para no aburrir al personal, espero y deseo que la felicidad inunde tu vida a partir de ahora y que tengas un bonito recuerdo de este principiante y humilde maestrillo. Yo siempre te recordaré como la voz de la experiencia y la sapiencia docente de la que estoy seguro que todos los aquí presentes, hemos absorbido adecuadamente.

JOSÉ ANTONIO GIRALDEZ

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