UN GRANO
Un grano es suficiente,
que es suficiente un grano,
un granito de arroz,
para sentir el hálito
de la vida en acción
Que es suficiente un grano,
un granito de arroz,
para saber que existen
el arrozal y Dios.
CARAMBOLAS
Recuerdo aquellas largas,
aquellas largas noches
de los largos inviernos.
Recuerdo el espeso sabor
de las castañas asadas
y deliciosamente saladitas.
Recuerdo aquel olor.
El olor, el olor del aguardiente.
Recuerdos los abrigos
y los cuellos alzados,
y recuerdo los guantes,
las quejas insistentes recuerdo
en los labios de todos:
“-Madre mía, ¡que frío!”
El frío, el frío recuerdo
y, de repente, un soplo de nostalgia
ataviado de tórrido verano.
El verano, el verano, el verano
visto desde el invierno
era lo que no era, era lo que no es
cuando llega el verano y nos asfixia
y, ¡madre mía!, el calor
nos recuerda el invierno y añoramos el frío.
Recuerdo, sí, recuerdo aquellas largas noches
de los largos inviernos y, de pronto, no sé
si es invierno o verano, si tengo frío o calor,
si una castaña asada y saladita
realmente es un helado y el olor penetrante
del aguardiente no huele, ya no huele
en verdad a aguardiente, que huele
a fresco y verde jugo de limón.
Carambolas te digo de la memoria,
siempre tan dispuesta a recrear los hechos
a su entero capricho de viejo poeta loco.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
Revista poética Azahar, nº 133
Hace 7 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario