martes, 19 de julio de 2011

POEMA

(Juventud)


Recuerdos era lo que más quería;

De otros era ¡hasta el sueño no era mío!

Una mancha de agua en el estío

Un espejismo de la lejanía.


Mi sed lo hacia agua, sangre mía,

Un turbulento y fragoroso río

Corriéndome sombrío

Desde el alma al desierto en que moría.


Reverberaba, incólume, el deseo

En la apagada luz vacía

De un implacable y ominoso tiempo.


Y un sin sueños soñar profundo y negro

Silencioso, me ardía

En el desnudo pecho.


Tal vez fuera un regreso o una huida

O el sentimiento de la muerte

Innombrable y oscuro, omnipresente

En medio de la vida.


Acaso fuese el miedo o la perdida

Fe en aquel Dios indiferente

Quien clavó sus espinas en mi frente

Y tajó mi costado con su herida.


Y, pagano, el Amor se alzó, riente,

De las tinieblas; sombra que me hería

Como el sol al surgir por el oriente.


Maté al pasado y al futuro; al día

Consagré cuanto un cuerpo en alma siente.

Y tal sombra pasó. Melancolía.


Javier Jorge Atienza
Galdako (Bizkaia)

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