MOVIDA POR EL VIENTOA UN ÓLEO DE INÉS GAMIR
Arena, minúsculos granos,
que esperan la refrescante caricia
de unas olas que están ausentes
y las huellas de tus pies
que destruyan su compacta configuración.
Arena, abundante, dorada,
con un brillo de estrella,
de una playa desierta,
se posesiona de tu lienzo
al que un viento iracundo,
seco y a veces destructor,
el casi siempre omnipotente Levante,
que el ojo no percibe,
pero el cuerpo siente,
ha movido formando
agrestes y sinuosos montículos.
JOSÉ LUIS RUBIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario